La hora del destete
(A Time to Wean)
DRA.
KATHERINE A. DETTWYLER
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA
TEXAS A & M UNIVERSITY
COLLEGE STATION TEXAS
(Breastfeeding
ABSTRACTS, Ag. 1994, Vol. 14, nº
1)
En
los EE.UU. las mujeres reciben consejos
contradictorios respecto a cuándo
deben destetar a sus hijos. La Academia
Americana de Pediatría recomienda
12 meses, OMS y UNICEF recomiendan
al menos dos años. Muchos médicos
consideran que seis meses constituyen
una lactancia "prolongada" y algunos
profesionales de la salud cuestionan
los motivos de las mujeres que amamantan
a sus hijos más de un año. Por su
parte, las mujeres ocultan que amamantan
a niños mayores para evitar la desaprobación
de los profesionales de la salud
y de los miembros de la familia.
A partir de estudios antropológicos
sabemos que en muchas culturas no
occidentales las mujeres amamantan
rutinariamente a sus hijos hasta
los tres o cuatro años. ¿Son ellos
los excéntricos o lo somos nosotros?
¿Podemos fijarnos en otros animales
para determinar cuál sería la edad
de destete de los humanos modernos
si no estuviera modificada por motivos
culturales?
Como
todos los mamíferos, los humanos
tenemos glándulas mamarias cuya
función es nutrir a la progenie.
Dentro de la clase Mamíferos, los
humanos pertenecemos al orden de
los Primates y poseemos el patrón
básico de éstos para la actividad
de amamantar y destetar, patrón
que se ha moldeado durante más de
65 millones de años de selección
natural con objeto de asegurar el
mayor índice posible de supervivencia
en la progenie de los primates.
Se supone que este patrón básico
tiene una esencia fundamentalmente
genética. Además, también hay variables
del ciclo vital de los primates
no humanos asociadas con la edad
a la que se produce el destete.
¿Qué sugieren estas variables con
respecto a la edad "natural" de
destetar a los humanos?
Destete
al alcanzar el triple o cuádruple
del peso del nacimiento. La
idea de que los mamíferos destetan
a sus crías cuando éstas triplican
o cuadruplican su peso de nacimiento
aparece extensamente en la bibliografía
sobre lactancia (Lawrence 1989).
Este regla de tres es válida para
los pequeños mamíferos, pero no
para los grandes. Las investigaciones
recientes se han centrado en la
edad de destete y en el crecimiento
de los grandes mamíferos, incluidos
los primates. Los resultados indican
que el destete ocurre algunos meses
después de cuadruplicar el peso
de nacimiento, y no al triplicarlo
(Lee, Majluf y Gordon 1991). Como
promedio, ¿cuándo cuadruplican su
peso de nacimiento los bebés de
los EE.UU.? Los varones en torno
a los 27 meses y las niñas en torno
a los 30.
Destete
al alcanzar un tercio del peso de
adulto. Otros estudios sugieren
que los primates se comportan como
otros mamíferos destetando a cada
uno de sus descendientes cuando
alcanzan un tercio de su peso de
adulto (Charnov y Berrigan, 1993).
Los humanos alcanzan diferentes
tamaños, pero con este método de
comparación el destete tendría lugar
tras 4 - 7 años de lactancia, siendo
los niños generalmente amamantados
por más tiempo que las niñas y los
individuos pertenecientes a grupos
de población de mayor tamaño por
más tiempo que los pertenecientes
a grupos de menor tamaño.
Destete
de acuerdo con el tamaño del cuerpo
adulto. Harvey y Clutton-Brock
(1985) publicaron un estudio sobre
las variables del ciclo vital de
los primates que incluía una fórmula
para calcular la edad de destete
en función del peso del cuerpo de
una hembra adulta. La ecuación predice
la edad de destete para los humanos
entre los 2,8 y 3,7 años, dependiendo
del peso medio del cuerpo de una
hembra adulta, siendo las poblaciones
formadas por individuos de mayor
tamaño las que amamantan durante
más tiempo.
Destete
en función de la duración del período
de gestación. A menudo la bibliografía
afirma que entre los mamíferos en
general la edad de destete coincide
aproximadamente con la duración
del período de gestación (Lawrence
1989). Con este criterio, el destete
en los humanos debería ocurrir tras
sólo nueve meses de lactancia. Sin
embargo, esta relación uno a uno
se ve fuertemente afectada por el
tamaño del animal adulto. En muchos
primates pequeños, la duración de
la lactancia es inferior a la duración
del período de gestación. Entre
las especies de primates de gran
tamaño, la duración del período
de lactancia excede ampliamente
la duración media del período de
gestación. Para los familiares más
cercanos del género humano, el chimpancé
y el gorila, la duración de la lactancia
es superior en más de seis veces
a la duración del período de gestación.
Los humanos se encuentran entre
los primates más grandes y comparten
más del 98% de su material genético
con los chimpancés y los gorilas.
Según estas comparaciones, una estimación
de la edad natural de destete para
los humanos sería como mínimo de
seis veces la duración del período
gestante, esto es, 4,5 años.
Destete
en función de la erupción dental.
De acuerdo con las investigaciones
de Smith (1991), muchos primates
destetan a su progenie cuando ésta
desarrolla sus primeros molares
permanentes. La erupción de los
primeros molares permanentes tiene
lugar en los humanos modernos aproximadamente
a los 5,5 o 6 años. Es interesante
señalar que los humanos alcanzan
la autonomía inmunológica en torno
a los seis años de vida, lo cual
permite suponer que, a lo largo
de nuestro reciente pasado evolutivo,
los niños disponían de la inmunidad
activa que proporciona la leche
materna hasta esa edad más o menos
(Frederikson).
Nuestro
pasado evolutivo ha creado un organismo
que delega en la lactancia el suministro
del contexto para el desarrollo
físico, cognitivo y emocional. Los
datos sobre primates no humanos
sugieren que los niños humanos están
diseñados para recibir todos los
beneficios de la lactancia durante
un período mínimo de 2 años y medio
y un aparente límite máximo de unos
7 años. La selección natural ha
favorecido a los niños que presentan
una fuerte predisposición genética
a esperar ser amamantados varios
años desde su nacimiento, por lo
que el instinto de mamar permanece
fuerte en ellos durante todo este
período. Hoy en día muchas sociedades
pueden satisfacer las necesidades
nutritivas de los niños a partir
del tercer o cuarto año de edad
con alimentos de adultos modificados.
Las sociedades industrializadas
occidentales pueden compensar algunos
(que no todos) los beneficios inmunológicos
de la lactancia por medio de antibióticos,
vacunas y mejoras sanitarias e higiénicas.
Pero las necesidades físicas, cognitivas
y emocionales de los niños persisten.
Los profesionales de la asistencia
sanitaria, los padres y el público
en general deberían tomar conciencia
de que entre los tres y los siete
años es una edad razonable y apropiada
para destetar a los humanos, por
poco habitual que sea en los EE.UU.
amamantar a un niño cuando ya ha
dejado de ser bebé.
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